macedonianos 2008: Clínica de poesía para libros en proceso, por Javier Adúriz

viernes, 4 de enero de 2008

Clínica de poesía para libros en proceso, por Javier Adúriz

Durante los meses de febrero y marzo de 2008, el poeta Javier Adúriz dictó una "Clínica de poesía para libros en proceso". Ademàs de revisar, en cada encuentro, los conjuntos de poemas presentados, se reflexionó sobre el tenor de la escritura poètica, el libro como volumen, la titulaciòn, epìgrafes, partes, secuencias, verso libre y medido, la prosa poètica, la puesta en texto de estrofas y lìneas. También se consideraron ejemplos de obras y poemas reconocidos, para entender distintas poèticas y soluciones al hecho de componer un libro.

Roxana Palacios Loray.
Tel: 4-292-0037 / 156-782-4551

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Taller Macedonio Fernández, de narrativa y poesía: martes de 14 a 16 hs, jueves de 16,30 a 21 hs.

Huellas de Babel, taller de lectura literaria: Miércoles 4, 11, 18 y 25 de marzo de 2009, de 19 a 20,20 hs. Círculo Médico de Lomas de Zamora, Colombres 420, Lomas de Zamora. Consultas e inscripciones: macedonianos@gmail.com 156-782-4551 / 4-292-0037

El Taller Macedonio Fernández es un espacio para la creación literaria a partir de lecturas, consignas, juegos y técnicas de escritura.

Huellas de Babel es un ciclo de lectura en el que se propone un acercamiento a la literatura desde Romanticismo hasta nuestros días a través de la lectura directa de textos breves más un marco teórico fundamentado en un recorte de periodización. Dinámica de los encuentros:

- exposición del marco teórico.
- lectura
- puesta en común de opiniones.

Corpus textual:

Borges, J. L. "El brujo postergado", en Obras Completas, Tomo II. Emecé, Buenos Aires, Argentina (1996)
Cortázar, J. "Casa tomada", en Cuentos Completos, Tomo II. Alfaguara, Buenos Aires, Argentina (1996)
Kafka, F. "Ante la ley ", en Obras Completas, Tomo III. Galaxia Gutemberg, Barcelona, España (1999)
Villiers de L'Isle Adam, A. "Véra", en Contes cruels suivis de Nouveaux contes cruels. Édition de Daniel Leuwers. Paris, France (1982) traducción: Enrique Pérez Llamosa (1986)

A partir de abril: La ficción de Borges, el Otro. Todos los miércoles de 19 a 20,30 hs.

Más cursos y talleres con Roberto Ferro, Javier Adúriz, Silvia Camerotto y Patricio Agüed en: http://tallermacedoniofernandez2009.blogspot.com/

Roxana Palacios es poeta y docente. Desde 2003 coordina el área de Capacitación Literaria de la Codic (comisión de docencia, investigación y cultura) de la Fundación Médica de Lomas de Zamora desde donde dirige los talleres Macedonio Fernández de lectura y escritura creativa, cursos, seminarios y el Concurso Nacional Macedonio Fernández de Narrativa breve y Poesía.

Libros editados: Marca sobre marca, Ed. del Dock, 2001; En el Fueracampo, Ed. del Dock, 2004; casa que ves caminar/the house you see walking, Ed. del Dock, 2008.

Prologue: jellicle songs for jellicle cats, T. S. Eliot (fragmento)

Are you blind when you´re born? Can you see in the dark?/ Dare you look at a king? Would you sit on his trhone?/Can you say of your bite that it´s worse than your bark?/Are you cock of the walk when you´re walking alone?/Because jellicles are and jellicles do / jellicles do and jellicles would/jellicles would and jellicles can / jellicles can and jellicles do/Jellicles Can and Jellicles do, jellicle songs for jellicle cats /

Lyrics by T. S. Eliot
Music by A. L. Webber

poema completo en www.allmusicals.com/c/cats.htm

Roxana Palacios

también esta noche,
es posible abrir la puerta en la maleza
y engendrar frutos que no vienen de la tierra
sino de su columna vertebral.
me gustan los ademanes de su casa,
el encuentro perdura en el movimiento de los músculos.
en su casa los pájaros huelen a madera,
los libros inyectan demandas en los vértices,
los vértices son cerebros que batallan contra el sueño.
la oscuridad, la fatiga en su casa
son imágenes.
me gusta su cuarto,
me gusta quién es él en su cuarto,
me gusta que deje mis zapatos al costado de la cama
y me condene a mezclar resurrecciones
con agua del infierno.

and this night too
I can open the door in the undergrowth
and breed fruits that come not from the earth
but from his spine,
I like the gestures of his house,
the encounter endures in the movement of muscles
in his house birds smell of wood,
books inject demands at the corners,
the corners are brains battling against sleep,
the darkness, the fatigue in his home,
are but images

I like his room, I like him as hi is in his room,
I like him leaving my shoes by the bed and condemning me mixing resurrections with water from hell

casa que ves caminar/the house you see walking, ed. del dock 2008.

Fernando Pessoa

Todas las cartas de amor son
ridículas.

No serían cartas de amor si no fuesen
ridículas.

También escribí en mi tiempo cartas de amor,
como las demás,
ridículas.

Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas.

Pero, al fin y al cabo,
sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor
sí que son
ridículas.

Quién me diera el tiempo en que escribía
sin darme cuenta
cartas de amor
ridículas.

La verdad es que hoy mis recuerdos
de esas cartas de amor
sí que son
ridículos.

(Todas las palabras esdrújulas,
como los sentimientos esdrújulos,
son naturalmente
ridículas).

Álvaro de Campos

Sylvia Plath

This is a dark house, very big.
I made it myself,
cell by cell from a quiet corner,
chewing at the grey paper,
oozing the glue drops,
whistling, wiggling my ears,
thinking of something else.

These marrowy tunnels!
moley-handed, I eat my way.
All-mouth licks up the bushes
and the pots of meat...

.............

Esta es una casa oscura, muy grande.
La hice yo misma,
cuarto a cuarto desde un rincón tranquilo,
mascando el papel gris,
vertiendo gotas de cola,
silbando, meneando mis orejas,
pensando en otra cosa.

¡Estos túneles medulares!
con manos de topo, devoro mi camino.
Pura-boca lame los arbustos
y los potes con comida...

traducción: Silvana López

joaquin giannuzzi

Entre no saber nada y saber lo que los otros
quisieron que supiera
debí elegir lo primero;
y después de haber dado rotunda finalidad a un escupitajo
hubiera aprendido con mis propias costillas,
con mis intestinos personales recorridos por cólicos;
hubiera andado derecho
dinamitando a mis espaldas lo que debió ser dinamitado.
Y no estaríamos aquí, inconclusos, manoteando,
reunidos a puntapiés por nuestra propia clase,
discutiendo la manera de hacer un país,
de alzar los escombros después de haberlos vomitado,
haciendo de la historia un embrollo jadeante,
confundiendo los motivos con la hemorragia.
A todo esto nos habrán enterrado
sin haber tenido el coraje
de convertir el enjuiciamiento en un revolver.

javier adúriz

Viejo, siempre en estado de pancarta.
No entendés nada. (Tampoco hay tanto
que entender, poner el cuerpo nada más.)
Me hablás de espíritu. De qué espíritu
hablás. ¿No ves que eso de ser libre
brilla sólo en tu baldosa? ¿No ves
la radiación por todas partes?
Vivís entre abstracciones. No quiero ir
a tus libros ni al pasado. Entre otras cosas
porque ahí estás vos y tu ficción
de perdedores. No quiero terminar
llorando y ¿sabés?,
me voy a perforar el cuerpo y pintar
la carne hasta que se me dé la gana
........................Digo,
¿por qué no fumamos uno de los buenos
y la seguimos disueltos en el humo?

Carlos María Dominguez

(...) Por eso ahora, cuando los diarios dicen que Johnny Weissmuller murió loco en un hospital de México, intentando dar el grito de Tarzán, no puedo entretener a los muchachos del café, como no pude esa vez, en el río, atreverme a pasarlo. Porque ambos sabíamos que ese grito no era humano, que nacía del fondo de una bestia imposible contra la que el hombre había aprendido a pararse sobre sus dos pies, y después a ser más fuerte que su músculo, y después a soñarse otro, y esa lucha nunca había terminado.

Fina García Marruz

Pónganle a la suicida una hoja en la sien.
Una siempreviva en el hueco del cuello.
Cúbranla con flores, como a Ofelia.
Los que la amaron, se han quedado huérfanos.
Cúbranla con la ternura de las lágrimas.
Vuélvanse rocío que refresque su duelo.
Y si la piedad de las flores no bastase
díganle al oído que todo ha sido un sueño.
Ríndanle honores como a una valiente
que perdió sólo su última batalla.
No se quede en su hora inconsolable.
Sus hechos no vayan al olvido de la yerba.
Que sean recogidos uno a uno
allí donde la luz no olvida a sus guerreros.

Italo Calvino

(...) No solo a vender y a comprar se viene a Eufemia, sino también porque de noche, junto a las hogueras que rodean el mercado, sentados sobre costales o barriles, o tendidos sobre pilas de alfombras, a cada palabra que dice uno -como lobo, hermana, tesoro escondido, batalla, sarna, amantes- los otros cuentan cada uno su historia de lobos, hermanas, tesoros, sarna, amantes, batalla. Y tú sabes que en el largo viaje que te espera, cuando para permanecer despierto en el balanceo del camello o del junco se empiezan a evocar de uno en uno los propios recuerdos, tu lobo se habrá convertido en otro lobo, tu hermana en una hermana difrente, tu batalla en otra batalla, al regresar a Eufemia, la ciudad donde en cada solsticio y en cada equinoccio intercambiamos nuestros recuerdos.

Franz Kafka

(...) En efecto, las terribles seductoras no cantaron cuando pasó Ulises; tal vez porque creyeron que a aquel enemigo sólo podía herirlo el silencio, tal vez porque el espectáculo de felicidad en el rostro de Ulises, quien sólo pensaba en ceras y cadenas, les hizo olvidar toda canción.
Ulises (para expresarlo de alguna manera) no oyó el silencio. Estaba convencido de que ellas cantaban y que sólo él estaba a salvo. Fugazmente, vio primero las curvas de sus cuellos, la respiración profunda, los ojos llenos de lágrimas, los labios entreabiertos. Creía que todo era parte de la melodía que fluía sorda en torno de él. El espectáculo comenzó a desvanecerse pronto; las sirenas se esfumaron de su horizonte personal, y precisamente cuando se hallaba más próximo, ya no supo más acerca de ellas...

macedonianos 2008

viernes, 4 de enero de 2008

Clínica de poesía para libros en proceso, por Javier Adúriz

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Talleres literarios 2009 por Roxana Palacios

Prologue: jellicle songs for jellicle cats, T. S. Eliot (fragmento)

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también esta noche/and this night too

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